Los despidos masivos han protagonizado la actualidad de la industria tecnológica durante el último año con grandes rondas de despidos en Meta, Twitter, o recientemente Spotify debido a la sobrecontratación que se llevó a cabo durante los años de pandemia. Las causas son complejas, pero para Stewart Butterfield, ex CEO de Slack, hay un motivo claro: la ambición de los supervisores por gestionar equipos cada vez más numerosos.
La raíz de todo el exceso. El cofundador de Slack ha afirmado en una entrevista a Fortune que el origen de la enorme restructuración de personal que han tenido que llevar a cabo las grandes tecnológicas en los últimos meses es debido al sobredimensionamiento artificial de las plantillas. “Contratas a alguien, y lo primero que esa persona quiere hacer es contratar a otras personas”, contaba Butterfield.
Sobredimensionar no es crecer. El propio Marck Zuckerberg admitía que, “siendo realistas, probablemente hay muchas personas en la empresa que no deberían estar aquí” al tiempo que sus empleados reconocían que habían sido contratados para no hacer nada o simplemente para evitar que sus rivales pudieran contratarlos. Sin embargo, el flujo de inversiones no cesaba y los recursos parecían ilimitados abriéndose la barra libre para la contratación incorporando hasta 565.727 nuevos empleados en 2020, según Business Insider.
La opinión del ex-CEO de Slack queda respaldada por los datos que se han ido conociendo a lo largo de 2022 y en esta primera mitad de 2023, que indican que las plantillas de la mayoría de las grandes tecnológicas están sobredimensionadas.
El síndrome de Gru y sus Minions. Tal y como apuntaba Stewart Butterfield, una de las primeras medidas que tomaban los cargos intermedios, en lugar de asumir más carga de trabajo como se espera de ellos, es contratar a más personal para engrosar sus equipos y así ganar peso e influencia dentro de la estructura de la empresa.
“Si contratas a un directivo querrá convertirse en un alto directivo. Si es un alto directivo, querrá convertirse en director. Es un poderoso incentivo” declara Butterfield. Esto provoca un efecto dominó en el que un directivo recién incorporado comienza a estructurar sus equipos contratando a mandos intermedios para que cada uno de ellos supervisen a otros miembros de la plantilla, creando un organigrama menos eficiente y burocratizado. Ahora que las empresas buscan de nuevo la eficiencia, estos mandos intermedios son el objetivo de los nuevos despidos.
En el currículum no es oro todo lo que reluce. Algunos usuarios en redes sociales van todavía más lejos y apuntan que otra de las consecuencias de esta dinámica de sobrecontratación es que aquellos supervisores y directivos que han utilizado esta estrategia de crecimiento innecesario de equipos, ahora lo utilizan para engordar su currículum y ganar prestigio a la hora de cambiar de empleo, argumentando que en su anterior puesto gestionaban grandes equipos.
Borrón y cuenta nueva. 2022 y sobre todo 2023 está siendo una bofetada de realidad para las grandes tecnológicas que se despiertan de un sueño de dopaje financiero vivido en los últimos años, pero que ahora se ven obligadas a optimizar la productividad con equipos más sostenibles y con recursos más limitados a la hora de afrontar algunos retos que se plantean en un futuro inmediato como la semana laboral de cuatro días como herramienta para captar y retener talento.
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